sábado, septiembre 16, 2006

Reivindico mi derecho al silencio para intentar al menos expresarme de alguna forma. Al silencio mío nada inexpresivo que se me acompasa al ritmo de los acontecimientos; que lo siento vivo y nada ausente; cómplice a veces, calido en muchos momentos, angustioso en ocasiones, y siempre con esa pátina mate de toda sensación de impotencia y aceptación a regañadientes como mal menor.
Revindico mi derecho a no decir nada a pesar de que todo mi ser esté a rebosar de palabras; racimos de reflexiones enlazadas nacidas de mil sensaciones distintas y pujando por salir al exterior por todos los poros de mi piel.
Si, lo sé. Si no sé decir, al menos callo.
Y por ello, también revindico mi silencio para no llorar desconsolado y mostrar mi alma vieja de niño desvalido, necesitado de la mano calida de quien atiende.
Reivindico callarme ya y para siempre, en la esperanza de que sepas alguna vez escuchar mi voz en mi silencio.

6 Comments:

Blogger stel said...

el silencio, a veces, es la mejor respuesta y dice mucho más que cualquier palabra...

2:11 p. m.  
Blogger Lost in Translation said...

haces bien, yo en mi silencio me creo mis propios dilemas y trato de desenlazarlos...es una lucha interna y todo eso sin pronunciar ni una sola palabra.

3:00 p. m.  
Blogger Raúl said...

El silencio dice mucho... A veces más que los sonidos y las palabras pronunciadas. Creo que es una forma de expresión válida, que se puede convinar con otras de manera bastante expresiva... Sólo temo que si uno se excede en silencios, estos pierdan su magia y se conviertan en una costumbre, en cuyo caso no veo tan clara su fuerza comunicativa...

En fin, un placer pasar por aquí, gracias por visistar mi blog y espero que nos continuemos siguiendo las pisadas.

Saludos,

Raúl

9:43 a. m.  
Blogger mangeles said...

Creo que ya lo he manifestado en alguna ocasión...yo en silencio sólo puedo estar con amigos...necesito complicidad y seguridad para estar en silencio.

Empiezo por el principio...me gusta ver como evolucionan y crecen los blogs

Besos o no...como Vd. prefiera ehhh

12:49 a. m.  
Blogger Sirena Varada said...

Querido Argamenón, aquí, en este recodo donde comienza el camino, en voz baja, me atrevería a asegurarle que usted no está muerto. Y creo que yo tampoco lo estoy.

Con usted siempre se vuelve al punto de partida: la identidad. Exista o no hay que salir buscarla, aun en la duda de que ese encuentro merezca la pena y aunque ésta se halle en un terreno no común, sombrío y acotado del que casi nadie sale airoso. La persecución de la identidad es una tarea ingrata, inhóspita que comienza donde las ganas de pensar y el corazón de batir, o lo que es lo mismo: no apta para cobardes. Así que ES UN PLACER VERLE precipitarse al mundo de las sombras sin peso y comerse el alma con el mayor entusiasmo hasta dejar nada en un afán caníbal. Se lo digo con las mayúsculas de una admiración sin pausa.

Argamenón, o quien quiera que sea, es demasiado lúcido y está demasiado consciente, tanto que me atrevería a asegurarle que no está muerto. Y si he podido llegar a esa conclusión debe de ser porque yo tampoco lo estoy.

2:19 p. m.  
Blogger Sirena Varada said...

“Todo” lo veo y lo registro, emociones, situaciones, colores, composición, lo que es magnífico para escribir porque, a su debido tiempo, cuando te hace falta la “exactitud” de la propiedad correspondiente, se levanta la trampilla que hace falta y sale la respuesta a la situación que escribes, rescatada de los compartimentos estancos donde lo dejaste. Es bueno para escribir pero mortal para vivir porque todo sale a relucir en todo tiempo y sin descanso, todo se juzga a sí mismo y tú estás en medio porque los recuerdos, las imágenes, el tono particular de cada cosa no desaparecen ni se debilitan sino que parece cristalizarse, mineralizarse en tu conciencia”. (El Rey del Metro)

Quiero darle las gracias en nombre del Rey del Metro; y en el mío propio decirle que también es un privilegio que haya leído el Camino de Primitivo, pues es usted el responsable de que ese pequeño tesoro se encuentre la red.


Muchísimas gracias, Argamenón; sus palabras nunca son huecas.

11:46 a. m.  

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