jueves, octubre 12, 2006

Siempre esperé otro día. Siempre había una razón mejor para no hacerlo, para anteponer otra cosa, para dejarlo aparcado. Siempre una obligación, una responsabilidad propia o impuesta, un compromiso ajeno.
No importaba demasiado, tenía tiempo para hacerme mayor y ello requería tiempo.
¡Tiempo al tiempo, querido amigo! No corras; aprende a caminar antes de pretender a correr, no tengas prisa. Y escuchando mi propia voz, sin experiencia, así lo hice…. Pero lo peor de todo es que si yo me olvidé del tiempo el tiempo no se olvidó de mí, y me hice mayor y estoy perdiendo el futuro por intentar recuperar el pasado.
Dios, ¡cuantas palabras huecas!

1 Comments:

Blogger mangeles said...

¡¡¡ Yo ya me reconozco¡¡¡, después de 2 años y 5 meses sin fumar y algunos quilos de más...ahora empiezo a mirarme al espejo y veo que todo vuelve a su sitio...

Seguro que ser mayor no es malo...seguro que hay belleza y hermosura en la vejez...

Ýo estoy segura...de que si hacemos que nuestra ALMA siga joven y viva....seremos jóvenes siempre...

Siempre que pienso en la vejez...miro al Norte de Europa...a los anuncios de TV...a esas personas mayores atractivas y cuidadas...

Me parece que tenemos esa imagen de la vejez postfranquista, de curas y beatos, pobre y cutre...pero hay gente mayor BELLÍSIMA...YO LAS HE VISTO

7:05 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home