¿ Por qué será que no soy conciente hoy de haber hecho perder la paz interior a otro ser humano al que aprecio, y sin embargo me siento responsable de no sé qué? ¿Será vanidad de mi parte? ¿Soberbia? ¿Será estupidez en los demás y autosuficiencia en mi mismo? No lo sé y nunca lo he sabido, pero esa sensación agridulce la percibo y, real o falsa, ahí está. ¿Por qué no somos normales, y creemos en nosotros mismos, y nos relacionamos con naturalidad, y creemos, lo que es la verdad, que no nos insultamos, y que nos respetamos, y que tan sólo tenemos conceptos distintos de las cosas?
¿Por qué cada vez que abro la boca, cuando la abro, que sólo me atrevo cuando derribo mis barreras sociales con un pacharán o con un orujo en la mano y en la consciencia, tengo la sensación de haber ofendido a alguien sin pretenderlo? Sé que soy tan sólo yo, verdad absoluta por su puesto, pero que sólo acaba en mi y ya es bastante, a veces demasiado, y sin pretender trascender más allá, gracias al cielo, no permitiéndome jamás, ni siquiera amparado en esa semiinconsciencia incontrolada, el lujo de opinar sobre los demás y su forma de actuar.
La libertad es lo que es, y yo no soy nadie para cuestionarla, y tampoco lo pretendo. Estimo tanto mi pequeña parcela de libertad, que, ¿cómo puedo permitirme el lujo de cuestionar la de los demás?
¿ Por qué el respeto a tú libertad, que te reconozco, me obliga a permanecer callado a mí? ¿ Por qué todo se reduce a que yo sea responsable de mis actos? ¿Por qué siento la necesidad de acompasar mi respiración a la tuya, cuando sé, a fe cierta, que tu no sabes ni siquiera que existo aunque cada día me mires, sin verme nunca?
¿Por qué cada vez que abro la boca, cuando la abro, que sólo me atrevo cuando derribo mis barreras sociales con un pacharán o con un orujo en la mano y en la consciencia, tengo la sensación de haber ofendido a alguien sin pretenderlo? Sé que soy tan sólo yo, verdad absoluta por su puesto, pero que sólo acaba en mi y ya es bastante, a veces demasiado, y sin pretender trascender más allá, gracias al cielo, no permitiéndome jamás, ni siquiera amparado en esa semiinconsciencia incontrolada, el lujo de opinar sobre los demás y su forma de actuar.
La libertad es lo que es, y yo no soy nadie para cuestionarla, y tampoco lo pretendo. Estimo tanto mi pequeña parcela de libertad, que, ¿cómo puedo permitirme el lujo de cuestionar la de los demás?
¿ Por qué el respeto a tú libertad, que te reconozco, me obliga a permanecer callado a mí? ¿ Por qué todo se reduce a que yo sea responsable de mis actos? ¿Por qué siento la necesidad de acompasar mi respiración a la tuya, cuando sé, a fe cierta, que tu no sabes ni siquiera que existo aunque cada día me mires, sin verme nunca?
5 Comments:
Demasiadas preguntas con respuesta implicita.
Y si supiera que existes y no sabe como hacer para que te des cuenta, porque te ve tan indiferente, tan lejano?
un abrazo
Creo que no hay mejor manera de luchar por la libertad, que ejerciéndola. No digo que no se corra el riesgo de lastimar a alguien, pero ese riesgo es casi que connatural al riesgo de estar vivo... Nos queda el recurso de disfrutar de nuestra libertad, y de patrocinar (con mucha fortaleza) los actos de libertad de los demás, así nos duelan un poco...
Un placer leerte, como siempre...
Resulta interesante lo que dices. Hoy, antes de llegar a ti, pensaba en la libertad y llegué a la amarga conclusión de que en realidad no existe. Tal como dices tú, la libertad propia por lo general implica destruir la de otra persona, por lo que la libertad, me parece, no es más que un ideal adquirido, que nace de la necesidad de luchar por algo y por lo mismo es inalcanzable: no sería coherente pretender mantener una lucha eterna por algo que efectivamente es alcanzable porque se contradice con la eternidad de la lucha.
Por otro lado, en el mismo origen de la palabra libertad, la traducción latina, más que evocar el "hacer lo que se quiere" evoca un "no hacer lo que no se quiere", referido al esclavo a quien se ha liberado. Lo que, creo, es muy distinto, pues no hacer lo que se impone no implica, desde ningún punto de vista, hacer sólo lo que se quiere. Culpemos a las convenciones (religiosas, sociales, etc.)
Todo un enredo de pensamientos que no sé transmitir.
Me gustó encontrarte.
Saludos.
Te haces preguntas que no siempre tienen respuesta, salvo que las encuentres dentro de ti. Ahi están todas las respuestas, aunque a veces no queramos o no podamos encontrarlas. En cuanto a tu última pregunta, es a la vez dolorosa y fascinante, aunque de una manera triste. ¿No quieres que te vea o es imposible? Perdona nuestra curiosidad, pero es que en una ocasión, la primera, nosotros tampoco nos vimos, aunque estuvimos hablando, y ahora no pretendemos otra cosa sino vernos.
Un saludo.
no buesques tantos porques, a veces la vida es y punto. No se, yo soy la primera en querer saber mil cosas, porque son así o porque me pasa todo a mi, pero a veces lo mejor es dejarse llevar, el tiempo y puede que alguna casualidad ya nos llevaran a ser más conocedores de nuestro entorno y de nosotros mismos ¿no?
besitos
^^
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