Leo la narración de mi admirado Aníbal en su empeño de estimular a intentar pensar a las personas que tutela y me quedo pasmado y fuera de juego, incluso, lo reconozco, me escandalizo un poco. Uno puede ser responsable de los demás hasta un cierto limite, y ese limite, lógicamente, está determinado por la relación de cualquier naturaleza: laboral, social o afectiva, que pudieran tener el obligado a cumplir el fin pretendido y los destinatarios de sus desvelos, salvo que uno sea todo corazón, le importe un pito lo que consideren los demás adecuado y prudente, y se de a los otros por propia decisión y sin remilgos hasta donde pueda llegar.
Aníbal es un caso raro. Aníbal asume su papel de educador desde la perspectiva de que lo que transmite no son conocimientos concretos, ni las respuestas adecuadas a un sin fin de preguntas inútiles que sólo sirven a un fin puramente utilitarista, y , unos y otras, están abocados fatalmente a ser olvidados como medida profiláctica inmediata. Aníbal es más abstracto, más etéreo, exige una reflexión, un buscar tiempo para darle al tiempo, y algo de silencio lejos de los artilugios al uso que sirven por encima de todo para embobecer un poco más. Aníbal es un soñador, un espejismo, un espíritu libre tan sólo encarcelado por sus propias ideas que son estrictas para si mismo, pero generosas y amplias para los demás. Aníbal siempre se ahogará en su propio vaso de agua a pesar de intentar preparar a los demás para nadar en mares abiertos y bravíos. Pero es lo que es, la paradoja de la vida. En fin, el absurdo de lo que debiera ser y casi nunca es en la realidad.
Aníbal es un peligro, y así lo reconozco y declaro sin ambages.
¿Pensar?... ¿Reflexionar? ……………….. ¿Y para qué?
El para qué ha sido la pregunta sempiterna, universal, la que se da en todos los tiempos y en cualquier situación, a la que cualquiera, con capacidad y ganas de reflexionar, se hubiera podido enfrentar en cualquier momento de su vida. Todo debe tener una respuesta coherente a esa pregunta abstracta que siempre exige de respuestas concretas. ¿Para qué?
Es lógico y es normal. Si no hay respuesta, fuera cual fuera ésta, es que nos estamos planteando un absurdo, un sueño irrealizable, algo estéril e inútil.
Todos los ideólogos de cualquier corriente absolutista, y las hay de todos los colores, incluso de colores que aparecen siempre como adalides de la libertad individual y son simplemente aparentes redentoristas de las angustias colectivas, o sea, los mismos miembros de iglesias distintas, en donde sólo hay diferencias en la ornamentación y en la parafernalia; y unos y otros- los mismos perros con distintos collares, que decía mi abuelo materno -, se han plantado siempre el mismo objetivo, apoderarse del alma de los más pequeños, ya que el resto es siempre cuestión de tiempo. Y ¿qué es el alma?, pues eso, lo concreto y lo inconcreto, la capacidad de ser uno mismo, y de acertar o equivocarse uno mismo, y de llorar uno mismo cuando los demás no lloran, o permanecer insensible, sereno y hasta distante cuando el llanto es oficial y, por tanto, colectivo. El alma es…:”Me llamo Argamenon. Tengo miedo, demasiado miedo, lo confieso. Pero voy a seguir siendo yo, a pesar de mi mismo, y sobre todo, de todo lo demás, esa corriente al uso que me desvirtúa, inutiliza, y trata de convertirme en algo consonanten con el resto; ignorando, que es grave, e importándole muy poco, que lo es aún más, que hay algo en mi mismo que me obliga a rebelarme, a decir que no, que yo soy yo; que no serviré para nada, y que cualquier esfuerzo que pretenda desarrollar será inútil y baldío, estéril para mi y para los demás, pero que a pesar de ello, soberbio como soy, pretendo seguir siendo yo, por encima de todo.”
El alma debe ser algo parecido a esa declaración o a otra cualquiera que cada cual podría hacer mirándose hacia adentro. Un pretender ser uno mismo dentro de la colectividad y no dejarse perder en ella. El alma debe ser no permitir que lo encasillen, etiqueten, uniformen, y, como consecuencia irremediable, lo olviden.
El alma debe ser aquello que Aníbal pretende que sus alumnos encuentren allí donde esté, para que lleguen a ser ellos mismos, lo cual tampoco les garantizará un poco de felicidad. ¡Seguro!
De todas formas, Aníbal está un poco loco. Es un desestabilizador, está claro. Pero para mí, y después de haberle leído algunos retazos, representa algo parecido a la esperanza. ¿Y la esperanza qué es? Ni idea, pero suena bien, y cuando uno la aspira por las fosas nasales descongestiona casi tanto como el producto ese que se frota en el pecho pero sin dejarte pringados los dedos.
Aníbal quiere hacer pensar a sus alumnos y yo le aplaudo desde mí cómoda inexistencia y desde la distancia adecuada para quedar resguardado de cualquier resultado, sea el que sea. ¡Cómo me hubiera gustado que me hubieran enseñado a pensar!
Me hubiera gustado estar en algún momento de mi vida bajo la tutela de Aníbal; quizás así hubiera sido muy distinta; o igual, pero con un sentido diferente: o peor, pero plena; que de todo debe haber. Quizás hubiera tenido menos miedo, y el miedo es el que hace inútiles a los seres humanos o los convierte en animales. Recuerdo que hace mil años vi una película que me dejo huella, “Perros de paja”, y ese día, después de quedarme sin aliento y relativizar todo lo que creía sobre el comportamiento humano, me di cuenta de que se puede tener miedo por muchas cosas, algunas absurdas y otras menos, pero que el miedo nos puede paralizar o nos puede hacer reaccionar de la forma más inesperada. Ese día me percaté que soy carne de cañón y que puedo pensar y decidir por mi mismo aunque no sirva de nada, o ser uno más del conjunto aunque tampoco sirva para nada; pero que en todo caso podía, en mi inutilidad, ser menos desgraciado. ¿Qué se yo?
El problema es que aún hoy me sigo formulando preguntas sin saber cómo contestarlas, y la fundamental de ellas es la de ¿qué es peor, hacerlo o no?
Aníbal con su paso cambiado pero firme me está complicando aún más la vida, y en el fondo y de verdad me alegro de ello. Quizás leyéndole consiga dejar de dar vueltas en círculos y en ninguna parte.
Aníbal es un caso raro. Aníbal asume su papel de educador desde la perspectiva de que lo que transmite no son conocimientos concretos, ni las respuestas adecuadas a un sin fin de preguntas inútiles que sólo sirven a un fin puramente utilitarista, y , unos y otras, están abocados fatalmente a ser olvidados como medida profiláctica inmediata. Aníbal es más abstracto, más etéreo, exige una reflexión, un buscar tiempo para darle al tiempo, y algo de silencio lejos de los artilugios al uso que sirven por encima de todo para embobecer un poco más. Aníbal es un soñador, un espejismo, un espíritu libre tan sólo encarcelado por sus propias ideas que son estrictas para si mismo, pero generosas y amplias para los demás. Aníbal siempre se ahogará en su propio vaso de agua a pesar de intentar preparar a los demás para nadar en mares abiertos y bravíos. Pero es lo que es, la paradoja de la vida. En fin, el absurdo de lo que debiera ser y casi nunca es en la realidad.
Aníbal es un peligro, y así lo reconozco y declaro sin ambages.
¿Pensar?... ¿Reflexionar? ……………….. ¿Y para qué?
El para qué ha sido la pregunta sempiterna, universal, la que se da en todos los tiempos y en cualquier situación, a la que cualquiera, con capacidad y ganas de reflexionar, se hubiera podido enfrentar en cualquier momento de su vida. Todo debe tener una respuesta coherente a esa pregunta abstracta que siempre exige de respuestas concretas. ¿Para qué?
Es lógico y es normal. Si no hay respuesta, fuera cual fuera ésta, es que nos estamos planteando un absurdo, un sueño irrealizable, algo estéril e inútil.
Todos los ideólogos de cualquier corriente absolutista, y las hay de todos los colores, incluso de colores que aparecen siempre como adalides de la libertad individual y son simplemente aparentes redentoristas de las angustias colectivas, o sea, los mismos miembros de iglesias distintas, en donde sólo hay diferencias en la ornamentación y en la parafernalia; y unos y otros- los mismos perros con distintos collares, que decía mi abuelo materno -, se han plantado siempre el mismo objetivo, apoderarse del alma de los más pequeños, ya que el resto es siempre cuestión de tiempo. Y ¿qué es el alma?, pues eso, lo concreto y lo inconcreto, la capacidad de ser uno mismo, y de acertar o equivocarse uno mismo, y de llorar uno mismo cuando los demás no lloran, o permanecer insensible, sereno y hasta distante cuando el llanto es oficial y, por tanto, colectivo. El alma es…:”Me llamo Argamenon. Tengo miedo, demasiado miedo, lo confieso. Pero voy a seguir siendo yo, a pesar de mi mismo, y sobre todo, de todo lo demás, esa corriente al uso que me desvirtúa, inutiliza, y trata de convertirme en algo consonanten con el resto; ignorando, que es grave, e importándole muy poco, que lo es aún más, que hay algo en mi mismo que me obliga a rebelarme, a decir que no, que yo soy yo; que no serviré para nada, y que cualquier esfuerzo que pretenda desarrollar será inútil y baldío, estéril para mi y para los demás, pero que a pesar de ello, soberbio como soy, pretendo seguir siendo yo, por encima de todo.”
El alma debe ser algo parecido a esa declaración o a otra cualquiera que cada cual podría hacer mirándose hacia adentro. Un pretender ser uno mismo dentro de la colectividad y no dejarse perder en ella. El alma debe ser no permitir que lo encasillen, etiqueten, uniformen, y, como consecuencia irremediable, lo olviden.
El alma debe ser aquello que Aníbal pretende que sus alumnos encuentren allí donde esté, para que lleguen a ser ellos mismos, lo cual tampoco les garantizará un poco de felicidad. ¡Seguro!
De todas formas, Aníbal está un poco loco. Es un desestabilizador, está claro. Pero para mí, y después de haberle leído algunos retazos, representa algo parecido a la esperanza. ¿Y la esperanza qué es? Ni idea, pero suena bien, y cuando uno la aspira por las fosas nasales descongestiona casi tanto como el producto ese que se frota en el pecho pero sin dejarte pringados los dedos.
Aníbal quiere hacer pensar a sus alumnos y yo le aplaudo desde mí cómoda inexistencia y desde la distancia adecuada para quedar resguardado de cualquier resultado, sea el que sea. ¡Cómo me hubiera gustado que me hubieran enseñado a pensar!
Me hubiera gustado estar en algún momento de mi vida bajo la tutela de Aníbal; quizás así hubiera sido muy distinta; o igual, pero con un sentido diferente: o peor, pero plena; que de todo debe haber. Quizás hubiera tenido menos miedo, y el miedo es el que hace inútiles a los seres humanos o los convierte en animales. Recuerdo que hace mil años vi una película que me dejo huella, “Perros de paja”, y ese día, después de quedarme sin aliento y relativizar todo lo que creía sobre el comportamiento humano, me di cuenta de que se puede tener miedo por muchas cosas, algunas absurdas y otras menos, pero que el miedo nos puede paralizar o nos puede hacer reaccionar de la forma más inesperada. Ese día me percaté que soy carne de cañón y que puedo pensar y decidir por mi mismo aunque no sirva de nada, o ser uno más del conjunto aunque tampoco sirva para nada; pero que en todo caso podía, en mi inutilidad, ser menos desgraciado. ¿Qué se yo?
El problema es que aún hoy me sigo formulando preguntas sin saber cómo contestarlas, y la fundamental de ellas es la de ¿qué es peor, hacerlo o no?
Aníbal con su paso cambiado pero firme me está complicando aún más la vida, y en el fondo y de verdad me alegro de ello. Quizás leyéndole consiga dejar de dar vueltas en círculos y en ninguna parte.
13 Comments:
jEEE ES VD.un poco agonías, como el no-abre bolsas de su amigo Anibal.¿Se le dan mal los trabajos manuales?
jjejee es broma..un beso.
Y ahora en serio...cuando comencé a trabajar en Madrid, venía desde un pueblo de la sierra en tren. Mi destino y salida era la estación de Nuevos Ministerios. Un día..cuando iba a cruzar el semáforo desde la derecha del Pª de la Castellana, para dirigrme a la EStación...un coche atropelló a un hombre y lo dejó tirado a unos 20 metros de mí. Me quedé petrificada. No era capaz de moverme, ...no podia acercarme al hombre, temía que estuviera muerto...o que me hablara..o ...
Vi como en unos segundos, un coche de Policia paraba...los ocupantes bajaban corriendo como relámpagos y auxiliaban al hombre....
Sentí verguenza, una verguenza horrible... tenía 20 o 21 años...me juré que jamás, jamás, jamás,iba a consentir que el miedo me paralizara de nuevo (no sentir miedo es algo que no se puede conseguir así como así).
Ahora soy una mujer más valiente...
Por cierto su amigo Anibal es un tipejo, y si nóoo lo cree al tiempo. Ya verá yaaa
Aníbal es un prohombre, porque para plantearse hacer pensar a un rebaño expuesto a estímulos mucho más fáciles y divertidos, como dar un paliza a un desafortunado y grabarla con un móvil, o bailar el chiquchiqui, hay que tener madra de santo.
Lamento que se convierta este adalid en un problema añadido a usía ARGAMENON, pero yo pertenezco (como ANÍBAL) a los que siempre se cuestionan un último porqué; y no es que persiga ninguna redención con ello, o sea la verdad esencial mi objetivo, la mayoría de las veces, es para no hacer lo que me piden, o ganar un poco de tiempo. Le pongo un ejemplo:
"He llegado a pensar incluso en el suicidio, pero luego pensé: ¡pa' qué!"
Si quieren hacemos una apuesta....verán donde va a acabar el ANÍBAL ....
¿"El" Anibal? ¡¡MAAANGEEELES!!
Clarooo ...todo tiene artículo...la fregona, el Anibal, la Blasa...el Luzbelguerrero...o ejejeem (una que es de pueblo).
Mi querido Lúzbel Guerrero, ese "pa qué" último que le he leido, estoy seguro, será el más acertado que pueda leerle por los siglos de los siglos. ¡Felicidades!
Siempre he creido que no se debe perder el tiempo en tonterias como ésa aunque nos aburramos mucho.
Anda...y contesta al innombrable y a mi noooooo...
Pues valeee....se tendrá encuenta
Hello. This post is likeable, and your blog is very interesting, congratulations :-). I will add in my blogroll =). If possible gives a last there on my blog, it is about the Wireless, I hope you enjoy. The address is http://wireless-brasil.blogspot.com. A hug.
Mangeles:¿Cree usted que podría tener el valor suficiente para contestarle sabiendo que soy, en su consideración, “el agonías”, por supuesto, con artículo, como Dios manda, y mi admirado Aníbal, “un tipejo”? Más que miedo, me daría pavor tamaña osadía. Pero le conteste o no, que es lo de menos, si quiero agradecerle de corazón todos sus comentarios, y lo que es más, y me deja estupefacto, reconocerle la paciencia y tolerancia infinita que demuestra al conseguir llegar hasta el final de mis escritos.
Le aseguro que tuve que reprimirme para evitar decir “masoquismo”, pero me gusta ser algo generoso conmigo mismo por aquello de que tengo que soportarme cada minuto del día y con la mejor de las sonrisas.
Gracias de verdad.
Todo con cariño ehhh..jjee ..y me gusta como escribe...
Besos
Feliz día de San Jordi ...un rosa y un beso
( como no sé escribir, no puedo dejarle Letras)
joooo..y pa cuando más??¿¿ YO SIGO ESPERANDO EHH...
Publicar un comentario
<< Home