sábado, septiembre 16, 2006

Reivindico mi derecho al silencio para intentar al menos expresarme de alguna forma. Al silencio mío nada inexpresivo que se me acompasa al ritmo de los acontecimientos; que lo siento vivo y nada ausente; cómplice a veces, calido en muchos momentos, angustioso en ocasiones, y siempre con esa pátina mate de toda sensación de impotencia y aceptación a regañadientes como mal menor.
Revindico mi derecho a no decir nada a pesar de que todo mi ser esté a rebosar de palabras; racimos de reflexiones enlazadas nacidas de mil sensaciones distintas y pujando por salir al exterior por todos los poros de mi piel.
Si, lo sé. Si no sé decir, al menos callo.
Y por ello, también revindico mi silencio para no llorar desconsolado y mostrar mi alma vieja de niño desvalido, necesitado de la mano calida de quien atiende.
Reivindico callarme ya y para siempre, en la esperanza de que sepas alguna vez escuchar mi voz en mi silencio.

lunes, septiembre 04, 2006

Te miro cuando te miro, sin comprender tu respuesta a mi mirada, y a veces, las más, sin entender totalmente la razón de por qué te miro.
Es el tiempo, ¡seguro!. Es el miedo a la soledad, a hablar solo, a pensar solo, a mirar siempre en la misma dirección y sin obstaculos, demasiado lejos, demasiado limpio, demasiado vacio. Sin respuesta alguna.
Es la sensación de vivir sobre arenas movedizas que nos hacen perder el equilibrio sin carcajada alguna, con los ojos desencajados. ¡Miedo! Si, miedo; pero miedo asumible y sin perder el orden establecido. Sin entender nada.
Te miro. Se que siempre te miro aunque no quiera. Tengo que mirarte. ¿Serás tú mi razón de ser a pesar de ti ?

sábado, septiembre 02, 2006

Me encanta ser lo que no soy y lo que nunca pude ser. Real, imaginario, equivoco o producto hibrido de la imaginación y de la mitología todo revuelto, con el mar en mis pulmones, con la aventura en el alma, buscando el "vellocino del oro", y liderando guerreros míticos pero siempre a la sombra de ellos, detrás de ellos.
Me encanta ser lo que nunca seré; quizás ello me permita escribir lo que nunca querré escribir o me obligue a permenacer en silencio. lo más seguro, cuando todos los poros de mi alma sálobre y marina me exijan una respirancio franca.
Aquí estoy. ¡ Ya veremos si además soy !